Unos metros más allá, topamos con la calle del Call, que era la zona donde habitaban los judíos antiguamente. Paseando por ésta calle, pudimos admirar los restos de piedra de la antigua muralla, que resaltan con los nuevos materiales de las casas actuales. Mientras observábamos éstos restos, una señora muy simpática nos indicó por dónde debíamos seguir el itinerario y nos contó que vivía en una casa que aún conservaba restos de la muralla. Nosotras le preguntamos por la pequeña estatuilla de la esquina, ya que no la encontrábamos y ella nos dijo que la habían robado, pero que se trataba de la estatua de Sant Jaume y el dragón. Haciendo caso a sus indicaciones, llegamos a la Sinagoga, que es un pequeño local un poco hundido que da a la calle Marlet. Está convertida en un museo. En la puerta, hay inscripciones judías. El recepcionista nos contó que la Sinagoga data del siglo III y funcionó como tal del XII al XIV.
Seguimos caminando hasta llegar a la famosa plaza de Sant Felip Neri. Se trata de un lugar pentagonal, pequeño y tranquilo, con una sencilla fuente en el centro. Alrededor de la plaza, pudimos ver un pequeño colegio de primaria y un bar-restaurante, que estaba cerrado. En una de las paredes, pueden observarse marcas de bala, testigos mudos de la Guerra Civil Española.
Repartidos por la plaza, también había unas cuantas farolas, iguales a las de la calle de Bertrellans, si no fuera porque ésas tenían la luz encima, no tenían cristales y estaban modernizadas.
Por debajo de la arcada, por la calle Montjuïc del Bisbe llegamos a la plaza Garriga y Bachs. Centramos nuestra atención en un monumento del año 1929, en el que salen representados P. Juan Callifa, Dr. Joaquim Pou, Dr. Juan Massana, D. Salvador Aulet, D. José Navarro, D. Pedro Lastortras, D. Julián Portet y D. Ramón Mas.
Caminando por la calle del Bisbe, vimos un precioso puente gótico que conecta la plaza Garriga y Bachs con la plaza Sant Jaume.
A la izquierda nos encontramos con la Calle de la Pietat, que tiene una placa que dice lo siguiente:
Apeles Maestro nacido en el corazón de Barcelona ha recibido homenaje de la ciudad de toda Cataluña las corporaciones arquitectónicas se complacen de recordarlo. 1935.
Después, nos centramos en la bonita catedral que teníamos frente nuestros ojos, el arco de la cual trata el tema de la Piedad de Jesucristo, tras su muerte. Fue construida durante los siglos XIII y XV, cuando el estilo arquitectónico que predominaba era el Gótico.
Nos llamaron mucho la atención las curiosas gárgolas posadas sobre el ábside de la catedral.
Pero la catedral no fue lo único que pudimos encontrar en ésa calle, pues unos músicos callejeros entonaban canciones, acompañándolas de la guitarra española. Decidimos darles una propina, se lo merecían.
Unos metros más allá, nos encontramos con la Casa dels Canonges, que recibe éste nombre porque en ella vivían los Canónigos, que eran los sacerdotes que formaban parte del cabildo de la catedral.
Después entramos por la Calle Paradís, dónde se encuentran los restos del antiguo Templo Romano. Hoy en día, sólo quedan las columnas del siglo I a.C. y el edificio que las recoge es el Centro Excursionista de Cataluña. Fotografiamos también la placa que nos indicó que estábamos frente al punto más alto de la ciudad.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada