BARRIO GÓTICO, Itinerario parte 4

Salimos por la derecha de la plaza, llegando a la calle Montcada. Ahí nos ocurrió algo curioso. Vimos un pequeño perro que parecía vagar perdido por la ciudad. Estuvimos un rato observándolo, preguntándonos si lo habían abandonado o simplemente estaba paseando. Finalmente nos dimos cuenta de que sus dueños estaban a lo lejos, y vinieron a buscarlo. ¡Menos mal! Pasamos un mal rato preocupadas por el perro.

Después, llegamos al palau Dalmases, dónde un hombre nos dijo que pertenecía la entidad cultural OMNIUM, dedicada a la promoción de la lengua y cultura catalana.

Tras salir del palacio, intentamos entrar en las ruinas romanas del museo Picasso, pero estaban cerradas.

Luego paseamos un rato por la calle, totalmente dedicada al arte, pues hay numerosas exposiciones de pintura, todas ellas en salas enmoquetadas.

Llegando a la plaza d’en Marcús, vimos la calle dels Assaonadors, que eran las personas que tenían el oficio de tratar las pieles: teñirlas, secarlas, lustralas…etc.

También pasamos por la calle del Carder, que tenía el oficio de cardar la lana.

Después, pasamos por la calle de Giralt el Pellicer, que tenia una professión muy parecida a la de asaonador, ya que también trabajaba con pieles.

Finalmente, llegamos al Palau de la Música Catalana, donde nos deleitamos con la maravillosa vista que nos ofrecía su fachada principal. Todo el palacio es de estilo modernista, diseñado por el arquitecto Lluís Domènech i Muntaner. El edificio fue ampliado gracias a su gran actividad, así que al lado, podemos encontrar un edificio anexo al palacio llamado Petit Palau, muy diferente al principal, pues este segundo edificio es moderno y poco recargado y decorado, mientras que el primero es modernista, de gran colorido y decoración. En el segundo edificio, pudimos encontrarnos con el relieve de un árbol.



Después de un día de duro y fatigoso trabajo, decidimos coger el metro y comer en nuestras casas. En el transporte público, comentamos nuestro primer día de crédito, contentas e ilusionadas, pero a la vez cansadas, con ganas de estirarnos en el sofá.